El Perú necesita de Fátima Sobre todo, aceptad y soportad con resignación el sufrimiento que Nuestro Señor os envíe.
CampañasTienda VirtualTesoros de la FeDonaciones



«Tesoros de la Fe» Nº 157 > Tema “Reflexiones de Plinio Corrêa de Oliveira”

Plinio Corrêa de Oliveira  [+]  Versión Imprimible
AbcAbcAbc

Se debe ser moderado en todo, incluso en la moderación

Plinio Corrêa de Oliveira

LOS ESTADOS DE ESPÍRITU de los pueblos, tal como los de los individuos, sufren variaciones.

Hay épocas en las que la opinión pública de una nación sólo se entusiasma con las opiniones extremadas, las afirmaciones o las negaciones estruendosas, las grandes polémicas, los oradores de elocuencia altisonante, los hombres capaces de grandes hechos.

Dice el adagio francés que: "Tout passe, tout casse, tout lasse et tout se remplace" (Todo pasa, todo se quiebra, todo cansa y todo se reemplaza).

Este gusto de lo grandioso tiende fácilmente a la exageración. Del heroísmo auténtico se pasa al melodrama, y como nadie puede vivir por mucho tiempo en una atmósfera saturada de rayos y de centellas, poco a poco las energías se van gastando, y una sorda nostalgia de la tranquila vida cotidiana, con su despreocupación, con su amenidad, con los placeres vegetativos que proporciona, va minando los corazones.

Los héroes y los heroísmos van pasando de moda. Los espíritus, saturados y hartos de ideal, van dislocando sus preferencias hacia otro polo, hacia las formas de virtud que aseguran la tranquilidad de la vida.

Es la era de los moderados, es decir, de los periodistas que pronostican la inminente solución de todos los problemas, de los pensadores sonrientes que amortiguan con destreza las polémicas encontrando "medios términos" hábiles entre las opiniones extremas, de los artistas que presentan estilos y formas de belleza adecuados a una vida mediana y risueña, etc.

Al cabo de cierto tiempo, los ánimos están rehechos, las energías recuperadas. La vida cotidiana comienza a hartar. El aire parece quieto y denso en la modorra de la rutina diaria. El apetito de lo grandioso resurge. Y el ciclo recomienza.

*     *     *

El marqués Henri de La Rochejaquelein, héroe en la lucha de la Vendée contra la Revolución Francesa

¿Cuánto tiempo duran estos ciclos?

—Es algo muy variable.

A veces en la vida de una misma generación estos ciclos se suceden rápidamente. Otras veces, su lentitud es tal que se arrastra lentamente a través de generaciones.

De cualquier forma, este fenómeno existe y marca a fondo toda la vida política, social, cultural y económica. Si Bizancio cayó, fue en gran parte porque los ánimos se encontraban en la fase "moderada" y vegetativa mientras que los acontecimientos exigían heroísmo.

La caída de Napoleón fue muy favorecida porque los franceses estaban cansados del clima de grandeza un tanto melodramática del Imperio, desde el mariscal Ney hasta el último de los pequeños burgueses. Si Alemania pudo invadir tan fácilmente Francia en 1940, fue en parte porque encontró delante de sí un pueblo embriagado de espíritu pacifista y "moderado", mientras que los nazis estaban en el cenit de su fase "heroica".

Las marcas de estos diversos estados de espíritu son tan profundas en todos los campos, que incluso invaden inesperadamente dominios como el de la moda y del humor. En los períodos "heroicos" los tipos femeninos que logran más éxito son los imponentes, grandiosos, fatales, cleopátricos.

En los períodos "moderados" la admiración recae más fácilmente sobre lo gracioso, lo leve, lo gentil. En los períodos "heroicos", el humor tiene apetito de anécdotas o diseños que provoquen grandes carcajadas. En los períodos "moderados" se desea un humor discreto, sobrio, que simplemente haga sonreír.

Evidentemente, un hombre sujeto a las grandes variaciones mentales de la opinión pública, que acabamos de describir, sería un intemperante típico.

*     *     *

En efecto, mutaciones de estas existen en el hombre virtuoso, pero de modo equilibrado. Hay momentos en que el espíritu temperante está dispuesto a la acción, y otros al reposo; momentos en que su alma aspira a las cúspides austeras y otros a los valles risueños. Pero, porque es equilibrado, sabe que su vida fue hecha para los horizontes sublimes y gravísimos que la fe le revela; de la alternativa entre las glorias regias del cielo y la tragedia eterna del infierno, poniendo en juego a cada instante la Sangre de Cristo. Sabe que la vida tiene momentos de placer y horas de lucha, momentos de reposo y momentos de trabajo, de dolor y de alegría, de intimidad y de solemnidad.

El hombre equilibrado no ignora que tener un alma saludable pide estas alternancias. Y por esto no querrá pasar toda su vida sólo en uno de estos climas, en el "heroico" o en el "moderado".

Aún más, sus estados de espíritu no quedarán a merced de los vientos indecisos de su sensibilidad.

El hombre ponderado sabe portarse a la altura de las circunstancias, no mostrando una grandilocuencia ridícula en las ocasiones triviales, ni una trivialidad torpe en las grandes situaciones.

Esto que se dice del hombre temperante, también se dice de un pueblo temperante. Cuando un pueblo está en su apogeo, no revela estos grandes desequilibrios de alma, estas hambres y estos hastíos mentales inmoderados, parecidos con el hambre y el hastío de los enfermos. Esto se puede decir, por ejemplo, de la Inglaterra victoriana, igualmente espléndida en la grandeza del Imperio y en el encanto de su vida privada.

*     *     *

Evidentemente no vivimos en un siglo de equilibrio mental. Y si algún lector piensa lo contrario, estremézcase, pues es algún desequilibrio de su alma que lo lleva a engañarse tan completamente a respecto de un hecho evidente como la luz del sol.

El resultado es que tenemos de todo en materia de intemperancia. Tenemos "heroicos" intemperantes, como "moderados" intemperantes, y tenemos toda la gama intermedia pues el teclado de la intemperancia tiene mil notas.

De estas intemperancias, la "moderada" parece sin embargo ser hoy, entre nosotros, la más generalizada.

En buena parte por lo menos, esto es natural. Pues la Segunda Guerra Mundial sació de grandezas dramáticas y melodramáticas.

*     *     *

El American Way of Life influyó poderosamente en todo Occidente. James Dean en la película Rebelde sin causa.

En Occidente, la influencia que se tornó preponderante fue la norteamericana. Esta trae consigo una atmósfera de abundancia, optimismo, alegría conciliadora, del estilo "joven simpático" y "niña buena", de liberalismo profundo, de negación implícita del pecado original, que estimula al máximo la intemperancia "moderada". Por lo demás, con buenos baños, buenas refrigeradoras, buena cocina, radio, televisión, automóvil, clínicas Mayo y ataúdes pintados, decorados, adornados, en cementerios risueños, al son de músicas amenas, ¿por qué no sonreír siempre? ¿Y qué quiere el "moderado" sino estar siempre sonriendo?

Es fácil ver cómo esta tendencia "moderada" se va tornando preponderante.

En los artículos de diarios, en los discursos, en las conferencias, incluso en las conversaciones particulares, las opiniones que se afirman con mayor seguridad, más énfasis, más eco, son siempre las "equilibradas", las "moderadas", las del término medio. Todos los que atacan una opinión procuran denunciarla como "extremada". Y sus defensores tratan de esquivar este rótulo como si de eso dependiera el éxito de su causa.

*     *     *

En una palabra, un slogan de un origen más o menos invisible domina Occidente: ¡moderación! ¡moderación!

Contrarios por principio a cualquier desequilibrio, ocupémonos del más actual, es decir, de este intemperante e inmoderado amor a la moderación.

Esta será la materia de un próximo artículo.



  




Artículos relacionados

El amor materno; sublimidad del género humano
Una llama de fe y coraje
El valor de la amistad
Anticonsumismo, glorificación del ocio y de la indigencia
Contemplación, algo mucho más fácil y natural de lo que se imagina
La caridad fraterna
“Nuestra Señora fue siempre la luz de mi vida”
La santa intransigencia, un aspecto de la Inmaculada Concepción
Pasado espléndido, futuro aún más bello
El amor conyugal; divorcio y sentimentalismo







Informe de sus aportes a la Alianza de Fátima ¿Necesita que alguien rece por usted? Advocaciones marianas en el Perú Suscríbase a nuestro boletín


COVID-19
¿El coronavirus es un castigo divino?
La pandemia y los grandes horizontes de Fátima
Mons. Athanasius Schneider: Nos gloriamos en las tribulaciones
Remedio seguro contra la “coronafobia”
Cardenal Raymond Leo Burke: Mensaje sobre el combate contra el coronavirus



Peregrinando
La Revolución de la Sorbona: París, Mayo de 1968
Después de la Crucifixión, el triunfo de nuestro Redentor
Nuestra Señora de la Buena Guardia
Fiesta de la Purificación de María Santísima
El galeón sumergido: símbolo de la esperanza
Loreto, la nueva Nazaret
El Milagro del Sol
San Nuno de Santa María
En la lucha contra el jefe del orgullo sigamos al Príncipe San Miguel
La sagrada Rosa de la Ciudad de los Reyes
La devoción al Inmaculado Corazón de María
El Jardín de Picpus
La gracia de Fátima actuando en Ucrania
Nuestra Señora de la Cabeza Inclinada
La crucifixión y muerte de Jesucristo
Confianza en María Inmaculada aun cuando todo parezca perdido
En este siglo de confusión, oh Madre del Buen Consejo, ruega por nosotros
Navidad
Fátima y el comunismo: dos profecías irreconciliables
150 años de la Comuna de París
San Juan Masías
Rosa de Santa María
Iglesia y Estado: ¿unión o separación?
Remedio eficaz contra los males contemporáneos
Las glorias de María
Santo Toribio de Mogrovejo
La Sagrada Túnica de Nuestro Divino Redentor
Santa Bernadette Soubirous
Corrupción en la sociedad: ¿Existe una solución?
Fiesta de gloria y de paz
Intransigencia de los Santos: irreductible fidelidad a su misión
Cristiandad
El ángel de la guarda, nuestro verdadero amigo
La Asunción de María Santísima
¡Vade retro Satanás!
El Santísimo Sacramento de la Eucaristía
La Madonna de Monte Bérico
Remedio seguro contra la “coronafobia”
El Hijo de Dios condenado por el más arbitrario de los procesos
Santa Jacinta de Fátima: Centenario de su fallecimiento (1920-2020)
La actitud católica frente a la muerte y la concepción materialista
¿Cómo rezar bien el rosario en honor a la Virgen María?
Grandezas y glorias de San José
Presencia diabólica en el mundo de hoy
Los rostros de la Virgen en el Perú
La Visita a los Monumentos - Jueves Santo
Un remedio eficaz contra la amnesia religiosa
Santidad: la verdadera gloria de Francisco y Jacinta



 



Tesoros de la Fe


Nº 257 / Mayo de 2023

París, Mayo de 1968
La Revolución de la Sorbona

Barrio Latino de París, en la mañana del 11 de mayo de 1968, después de los violentos disturbios de la víspera



Solicite aquí la visita de la Virgen Peregrina de Fátima




Santoral

30 de mayo

Santa Juana de Arco, Virgen.

+1431 Ruán (Francia). Suscitada por Dios para librar a Francia del yugo inglés, esta virgen guerrera fue después traicionada y quemada como hechicera, bajo las órdenes del Obispo Cauchon. Rehabilitada por Calixto III en 1456, tuvo la heroicidad de virtudes reconocida el 13 de diciembre de 1908, siendo beatificada por San Pío X en 1909 y canonizada por Benedicto XV em 1920. Heroína nacional de Francia, inspiró numerosas obras artísticas y literarias.

Más información aquí.






Ayude a difundir el mensaje de Fátima
Alianza de Fátima | Donaciones | Solicite visita de la Virgen | Tienda Virtual

Campaña promovida por la Asociación Santo Tomás de Aquino
Tomás Ramsey 957, Magdalena del Mar - Lima - Perú
..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... .....