Benoît Bemelmans La niña sujeta el brazo de la religiosa a quien acaba de dar un bouquet de flores, mientras que la madre le presenta a su hijita menor para la despedida. Detrás de ellas el funcionario del correo consulta su reloj, pues más que una norma de educación, la puntualidad es para él un deber que deriva del respeto al prójimo y se refleja en la propia honra. Al interior del carruaje, otra monja ya ocupa su lugar al lado de un militar. Otro viajero compra frutas a una simpática vendedora ambulante. La dama de cofia y pañuelo azul señala con su sombrilla la caja de sombreros que le pertenece. Los cargadores acomodan el equipaje en el techo del vehículo, algunos hombres conversan cerca de los caballos, y el funcionario responsable por la empresa transportadora toma notas en su libreta. * * * Así era la vida hace un siglo o poco más: tranquila, alegre, interesante, colorida. La indumentaria variada y elegante realza la dignidad de las personas. El ambiente es de calma, incluso en medio del bullicio que precede a la partida. Nadie grita ni gesticula. Aunque sean de regiones y clases sociales diferentes, por la armonía que la escena transmite los personajes parecen miembros de una misma familia. El respeto mutuo, la bonhomía, el amor al trabajo honesto, la comprensión de la legitimidad y de los beneficios de una jerarquización social, como fruto de la tradición y del mérito, hacen la vida más suave, aunque no eliminen la necesidad del esfuerzo ni las consecuencias del pecado original. En otras palabras, los principios cristianos aún marcan profundamente esta sociedad, aunque ya fustigada intensamente por ideas y principios revolucionarios. * * * Otro aspecto de esta escena se refiere al viaje en cuanto tal. El ambiente es de calma, sí, pero también de mucha vida, hasta de cierto alborozo. Para muchos, el viaje representa la aventura, y ésta da sabor a la vida. De otro lado, quien parte deja atrás un poco de sí mismo, de sus raíces: los seres queridos, las amistades, los lugares, los recuerdos. Por eso, alguien dijo: partir c’est mourir un peu… (partir es morir un poco).
|
Santa Teresa de Los Andes |
Pío IX Antecedentes de la definición del dogma de la Inmaculada Concepción, que «será hasta el fin de los siglos recordado como uno de los días más gloriosos de la Historia» — extractos de la obra «Pío IX», del Prof. Roberto de Mattei... | |
Pensamientos admirables Conclusión de la transcripción de algunos textos de Marie-Edmée Pau, que destacan por su impresionante profundidad de pensamiento y firmeza de principios, en una joven francesa del siglo XIX... | |
La Catedral Hagamos una pausa en las correrías de nuestros atolondrados días. Olvidémonos por algunos minutos del trabajo, de las preocupaciones que nos asaltan, y realicemos una visita a una catedral medieval... | |
La Guardia Suiza en su 500º Aniversario Un pequeño ejército con grandes ideales Tomando con la mano izquierda el estandarte, mientras con la derecha hace ver tres dedos alzados en señal de su fe trinitaria; todo en el marco de una bella ceremonia religiosa y militar, delante de una nutrida delegación de autoridades eclesiásticas y civiles. Esto se viene repitiendo cada 6 de mayo desde hace 500 años... | |
Venecia, del charco a la gloria Mientras el barco se aproxima, se divisa suavemente la deslumbrante belleza de las formas y colores de Venecia, como si un cuadro impresionista se transformara en realidad. De su raíz católica le viene el hecho de haberse vuelto una de las más bellas ciudades del mundo... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino