El Perú necesita de Fátima La verdadera penitencia que Nuestro Señor ahora quiere y exige, consiste, sobre todo, en el sacrificio que cada uno tiene que imponerse para cumplir con sus propios deberes.
CampañasTienda VirtualTesoros de la FeDonaciones



«Tesoros de la Fe» Nº 209

Página Mariana  [+]  Versión Imprimible
AbcAbcAbc

La devoción a la Virgen y la elección de la vocación

Estatua yacente de san Estanislao de Kostka esculpida por Pierre Legros, s. XVIII – Iglesia de Sant ’Andrea al Quirinale

Una aparición mariana a un joven santo jesuita en el siglo XVI nos muestra cuán importante es conocer cuál es nuestra vocación y, al descubrirla, seguirla seriamente

Valdis Grinsteins

“En la vida, yo voy a escoger mi propio camino”  Este es el pensamiento de muchísimos jóvenes de hoy, si no de la casi totalidad de ellos. Que no se toman el trabajo de indagar si ese camino fue elegido por el propio Dios. A nosotros corresponde discernir la voluntad divina y, una vez que la sepamos, seguir el camino que reservó para nosotros.

Cuántos jóvenes sentirían un verdadero choque al conocer esto; y el choque sería aún mayor al constatar que, para un gran número de personas, es dificilísimo encontrar una respuesta, por más que la deseen conocer. Varios eclesiásticos, por ejemplo, ingresan a una orden o congregación religiosa y por algún motivo se trasladan a otra. Si esto se aplica a religiosos, ¿qué pensar de los demás?

Caminos diversos

Para la inmensa mayoría de las personas, Dios indica como plan de vida el matrimonio. Es la vía común. Deben formar una familia y santificarse junto con su cónyuge, concibiendo y educando a los hijos para que alcancen el cielo. No se trata aquí de una retorcida visión pecaminosa y romántica, que admite y estimula el intercambio de cónyuges; mucho menos se considera el caso de familias concertadamente sin hijos. Esa visión hedonista y neopagana del matrimonio está bastante lejos de la que aspira un católico, cuyo objetivo debe ser la búsqueda del cónyuge más adecuado; y, una vez casados, que ambos mantengan la fidelidad conyugal hasta el final.

Para algunas personas, sin embargo, Dios planea algo diferente, llamándolas a un género de vida superior y más sacrificado: dejarlo todo y dedicarse únicamente a Dios. Frecuentemente esas personas reciben un llamado (o vocación, del latín vocare = llamar) para seguir la vida religiosa en alguna institución canónicamente erigida. Hay aún llamados muy especiales, extremamente raros. Como por ejemplo la vocación de san Alejo (412 d. C.), que vivió como mendigo en su propia casa.

Muchos sienten un llamado para ser religiosos, aceptan y quieren seguir esa vocación, pero existen tantas opciones que no saben cuál elegir. ¿Será sacerdote secular, miembro del clero de una diócesis? ¿Será monje, encerrado en un monasterio? ¿O misionero en una orden dedicada a la conversión de paganos? ¿O capellán en otra orden?

Al leer las vidas de los santos, constatamos que muy frecuentemente ellos sufrieron esa falta de claridad en el camino que debían seguir. Otros santos, al contrario, desde un comienzo lo discernieron claramente, surcando su propio camino, aunque con dificultades y pruebas.

Iglesia de Sant ’Andrea al Quirinale, diseñada por Bernini, s. XVII – Sede del noviciado de la Compañía de Jesús en Roma, donde murió san Estanislao de Kostka

Obstáculos y valentía

Por motivos muy concretos y específicos, a veces la elección de una vocación se vuelve tan complicada, que sin una intervención sobrenatural sería imposible discernirla y realizarla. Fue el caso de san Estanislao de Kostka, a quien la Santísima Virgen indicó su camino.

Estanislao nació en 1550 en una noble familia de Polonia. Era el segundo de siete hijos, y su hermano mayor, Pablo, era malo, estaba dotado de un carácter realmente ruin. El padre educaba a la familia con mucha severidad y no aceptaba oposiciones.

A los 14 años de edad, Estanislao fue enviado a Viena junto con Pablo y un tutor, llamado Juan Bilinski, para que estudiaran en el colegio de los jesuitas. Allí tuvo que sufrir muchísimo, pues se hermano lo agredía persistentemente. Para empeorar las cosas, la salud de Estanislao no era buena, intuyendo que no viviría mucho tiempo. En vista de ello, deseaba encontrar pronto su vocación, debido a su falta de salud. Pensaba en hacerse sacerdote, pero no sabía dónde. ¿Con los jesuitas? Sentía especial atracción por la milicia de san Ignacio, pero no estaba seguro de ello. Sabía además que, si le pedía a su padre permiso para entrar en algún convento, la respuesta sería una orden categórica para regresar de inmediato a casa.

En noviembre de 1566 Estanislao cayó gravemente enfermo, y en diciembre de aquel año los médicos que lo atendían juzgaron que no viviría mucho. Cuando la situación ya era realmente difícil, tuvo una visión de la Santísima Virgen, que le puso en los brazos al Niño Jesús y le dijo: “Debes terminar tus días en la Sociedad que lleva el nombre de mi Hijo, debes ser jesuita”. En cuanto tuvo al Niño en sus brazos, sintió que recobraba la salud. Al devolverlo, la Virgen le sonrió y desapareció. Su tutor Bilinski estuvo presente cuando ocurrió la aparición, y tanto él como Pablo no escondieron su sorpresa al verlo repentinamente curado. La casa donde tuvo lugar este hecho es hoy un santuario.

En busca de una autorización

Pablo agredía con frecuencia a su hermano Estanislao

Después de aquel milagro, Estanislao procuró a los jesuitas para pedir su admisión en el seminario. Aquí comienzan los problemas que nos hacen comprender que si no hubiera sido por una aparición de la Santísima Virgen, él jamás hubiera tenido la completa seguridad de qué hacer para seguir su vocación.

Su confesor, el padre Doni, dio crédito a su narración y le mandó hablar con el superior de los jesuitas en Viena, el padre Lorenzo Maggi. Este, sabiendo que los jesuitas habían sido fuertemente atacados por aceptar a novicios sin la debida autorización paterna, pidió a Estanislao que la obtuviera o, en caso contrario, esperara a ser mayor de edad. Pero el postulante sabía que nunca obtendría el consentimiento paterno y estaba seguro de que no tendría tiempo para aguardar la mayoría de edad. Por eso fue a hablar con el cardenal Commendone, que había sido nuncio en Polonia y conocía a su familia. El cardenal se mostró simpático con la idea, sin embargo, cambió totalmente de opinión luego de conversar con el padre Maggi. Estanislao buscó entonces a otro jesuita, el padre Antoni, y avisó que, como no había conseguido nada en Viena, huiría de su casa e iría a Augsburgo para entrar en contacto con el superior de la provincia (san Pedro Canisio); o, si no, iría a Roma y conversaría con el General de la Compañía de Jesús (san Francisco de Borja).

Con apenas 16 años de edad, inició su caminata a pie, solo. Fueron 400 km difíciles, subiendo y bajando montañas, cruzando bosques por caminos bastante primitivos. Cuando llegó a Augsburgo, le informaron que el padre Canisio se encontraba en Dillingen, a 37 km de ahí. Sin siquiera descansar, partió y consiguió hablar con el padre Canisio, que lo aceptó en la escuela… como cocinero y no como novicio. Era un recurso para ponerlo a prueba. Viendo que Estanislao perseveraba después de un mes, decidió enviarlo a Roma, aun previendo el inmenso problema que el padre crearía. Fueron otros 1200 km a pie, cruzando los Alpes. San Francisco de Borja lo recibió, escuchó su historia y lo admitió en el noviciado jesuita en Roma, donde vino a fallecer en menos de un año. En el momento de su muerte, volvió a ver a la Santísima Virgen. De esta segunda aparición solo conocemos lo que, ya moribundo, dijo al padre Ruiz: “Nuestra Señora vino, del mismo modo como en Viena”.

Poco tiempo después llegó su hermano Pablo, que había sido enviado por su padre para amenazar a los jesuitas. Al recibir la noticia de la muerte de su hermano, se conmocionó y él mismo terminó más tarde haciéndose jesuita.

Seguir la vocación hasta el final

Por la seriedad con que san Estanislao siguió su vocación, podemos medir cuánto importa saber cuál es y seguirla decididamente. Es una decisión de la que depende toda la vida y posiblemente también la vida eterna. Además, el hecho de que la Santísima Virgen se dignara venir a la tierra por una vocación revela la importancia que tiene una buena elección del camino a transitar en nuestra vida. No nos dejemos engañar por la literatura mundana, que insiste en convencernos que en la elección de la vocación somos totalmente independientes, hasta de Dios, y que podemos hacer lo que bien entendamos.

La propia Santísima Virgen no actuó así. Cuando fue visitada por el arcángel Gabriel, que le anunció que había sido escogida para ser la Madre de Dios, su respuesta fue inmediata: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra” (Lc 1, 38). No se puede pedir mayor sumisión a una vocación dada por Dios.



  




Artículos relacionados

La Virgen de los Ermitaños de Einsiedeln
Nuestra Señora de Estocolmo
La elección de la fiesta de la Inmaculada Concepción
Nuestra Señora de Sonsoles
La santidad de Jacinta, la admirable vidente de Fátima
Los rostros de la Virgen en el Perú
Una pátina celestial cubre Lourdes
Peregrinando dentro de una mirada
Nuestra Señora de Gracia
La vida temprana de la Virgen María







Informe de sus aportes a la Alianza de Fátima ¿Necesita que alguien rece por usted? Advocaciones marianas en el Perú Suscríbase a nuestro boletín


COVID-19
¿El coronavirus es un castigo divino?
La pandemia y los grandes horizontes de Fátima
Mons. Athanasius Schneider: Nos gloriamos en las tribulaciones
Remedio seguro contra la “coronafobia”
Cardenal Raymond Leo Burke: Mensaje sobre el combate contra el coronavirus



Peregrinando
Nuestra Señora de la Buena Guardia
Fiesta de la Purificación de María Santísima
El galeón sumergido: símbolo de la esperanza
Loreto, la nueva Nazaret
El Milagro del Sol
San Nuno de Santa María
En la lucha contra el jefe del orgullo sigamos al Príncipe San Miguel
La sagrada Rosa de la Ciudad de los Reyes
La devoción al Inmaculado Corazón de María
El Jardín de Picpus
La gracia de Fátima actuando en Ucrania
Nuestra Señora de la Cabeza Inclinada
La crucifixión y muerte de Jesucristo
Confianza en María Inmaculada aun cuando todo parezca perdido
En este siglo de confusión, oh Madre del Buen Consejo, ruega por nosotros
Navidad
Fátima y el comunismo: dos profecías irreconciliables
150 años de la Comuna de París
San Juan Masías
Rosa de Santa María
Iglesia y Estado: ¿unión o separación?
Remedio eficaz contra los males contemporáneos
Las glorias de María
Santo Toribio de Mogrovejo
La Sagrada Túnica de Nuestro Divino Redentor
Santa Bernadette Soubirous
Corrupción en la sociedad: ¿Existe una solución?
Fiesta de gloria y de paz
Intransigencia de los Santos: irreductible fidelidad a su misión
Cristiandad
El ángel de la guarda, nuestro verdadero amigo
La Asunción de María Santísima
¡Vade retro Satanás!
El Santísimo Sacramento de la Eucaristía
La Madonna de Monte Bérico
Remedio seguro contra la “coronafobia”
El Hijo de Dios condenado por el más arbitrario de los procesos
Santa Jacinta de Fátima: Centenario de su fallecimiento (1920-2020)
La actitud católica frente a la muerte y la concepción materialista
¿Cómo rezar bien el rosario en honor a la Virgen María?
Grandezas y glorias de San José
Presencia diabólica en el mundo de hoy
Los rostros de la Virgen en el Perú
La Visita a los Monumentos - Jueves Santo
Un remedio eficaz contra la amnesia religiosa
Santidad: la verdadera gloria de Francisco y Jacinta



 



Tesoros de la Fe


Nº 255 / Marzo de 2023

Oh Virgen de la Guardia
Guarda nuestra fe y la inocencia de los niños

Nuestra Señora de la Buena Guardia, Basílica de Longpont-sur-Orge, en la región Île-de-France



Solicite aquí la visita de la Virgen Peregrina de Fátima




Santoral

28 de marzo

San Gontrán, Rey, Confesor

+592, d.C. +Châlons - Francia. Rey de Borgoña, después de divorciarse y mandar ejecutar a su médico, movido por remirdimientos, abandonó las pompas del mundo. Empleó su fortuna en la construcción de iglesias y monasterios y en la distribución de limosnas, viviendo en la más rigurosa penitencia.








Ayude a difundir el mensaje de Fátima
Alianza de Fátima | Donaciones | Solicite visita de la Virgen | Tienda Virtual

Campaña promovida por la Asociación Santo Tomás de Aquino
Tomás Ramsey 957, Magdalena del Mar - Lima - Perú
..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... .....