El Perú necesita de Fátima Jesús quiere servirse de ti para hacerme conocer y amar. Él quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. A quien la abrace le prometo la salvación.
CampañasTienda VirtualTesoros de la FeDonaciones



«Tesoros de la Fe» Nº 161

¿Por qué llora Nuestra Señora?  [+]  Versión Imprimible
AbcAbcAbc

Una religiosa nos habla a través de los siglos

 

LA JUSTICIA es una de las virtudes más olvidadas en el mundo actual. Que Dios es misericordioso, todos concuerdan ávidamente, pues hasta existen razones personales para pedir misericordia. Sin embargo, Dios es también justo y castiga a aquellos que abusan de su misericordia, y esto no se quiere reconocer.

Dos factores se confabulan contra la aceptación de la justicia divina: en el campo temporal la presente doctrina de los derechos humanos, y en el campo espiritual una idea sentimental de misericordia.

Iglesia del Monasterio de Santa Catalina de Siena, en Quito

Por la presente noción de derechos humanos, profusamente divulgada, es necesario defender los derechos de los malhechores, de los adúlteros, de los terroristas, de los blasfemadores, de los invasores de la propiedad ajena y de otras categorías análogas, dejando en un segundo plano el castigo de sus faltas. Por detrás de esa mentalidad está la afirmación, clara o insinuada, de que no existen personas malas, sino solo individuos o colectividades equivocadas, arrastrados por circunstancias invencibles, y otras cosas parecidas. No cabe tratarlos con justicia.

En el campo espiritual es la misma idea, con otro envoltorio. El pecador es siempre un desdichado que necesita ser comprendido, nunca será una persona que ofendió a Dios y violó sus Mandamientos.

Todos son buenos. Puede haber extravíos, resbalones, "cosas de la vida", nunca maldad. Conclusiones que llevan a una religiosidad basada apenas en los sentimientos, y no en la fe y en la razón. ¡Como si hubiera oposición entre misericordia y justicia! La misericordia sin justicia es sentimentalismo barato que destruye toda virtud y es motivo suficiente para que Nuestra Señora llore.

Estas reflexiones nos vinieron a la mente leyendo la autobiografía de Sor Catalina de Jesús Herrera (1717-1795), religiosa de la orden dominica, del convento de Santa Catalina de Quito, en proceso de beatificación (cf. Autobiografía de la Venerable Madre Sor Catalina de Jesús Herrera, Edit. Santo Domingo, Quito, 1954).

Catalina fue agraciada con favores celestiales insignes, tuvo visiones y revelaciones, dones proféticos, llegando a conocer el interior de las almas de las personas con quienes mantenía contacto. Famosa por sus grandes virtudes, fue también muy perseguida por el demonio, pero siempre amparada por la Santísima Virgen y Nuestro Señor.

Cierta vez que pasaba por la prueba de sentirse desamparada por Dios, algunos demonios se presentaron ante ella como víctimas, también ellos injustamente abandonados por Dios. Buscaban tentarla por la vía del sentimentalismo. Relata Catalina:

"Luego aparecía el demonio con otras tentaciones: 'Mírame, (decía él, muy adolorido), cómo Dios fue terrible con nosotros, pues sin darnos tiempo, nos lanzó en el Infierno'. 'A mí (me dijo otro) sin culpa me precipitó con los demás culpables'.

"Querían con eso que yo tuviera pena de ellos y juzgase mal la Misericordia de Dios y su Justicia. Entonces yo decía: 'Señor, yo te confieso como justo y misericordioso, y venero tus altos y secretos juicios'" (p. 118).

Sor Catalina se acusa de haber pasado por un período de tibieza, cuando era aún muy joven, antes de entrar en el convento de religiosas dominicas de Quito. En esa ocasión, después de haber sido advertida por Jesús una primera vez, Él se le aparece nuevamente:

"Oh Señor, apareciste a mi alma como la primera vez, pero no tan manso como en aquella ocasión. Con el brazo al lado del corazón me llamabas, y en la mano derecha tenías una espada de Justicia. Tu rostro mostraba al mismo tiempo Justicia y Misericordia. Y así me hablaste: 'Alma ingrata, si te niegas al llamado de este brazo de misericordia, ¿quieres que con este otro de mi justicia te lance en los abismos del infierno? Si así perseveras, ten por cierta tu condenación en aquellos calabozos'.

"Y luego me hizo ver con los ojos del alma un caos profundo de confusión, donde habitan las almas que pierden a Dios" (p. 32).



  




Artículos relacionados

La lección de Juvenal
La conmemoración de los difuntos vs. el día de las brujas: Halloween
¡Satanismo para la juventud!
“Estos corderos de Dios pueden morder”...
Satanismo social
Por qué no hay paz
Dos blasfemias con camuflajes "artísticos"
El secreto de confesión amenazado
Una «ordonnance» del rey Carlos VI de Francia
Utopía asesina: 30 años de silencio indignante







Informe de sus aportes a la Alianza de Fátima ¿Necesita que alguien rece por usted? Advocaciones marianas en el Perú Suscríbase a nuestro boletín


COVID-19
¿El coronavirus es un castigo divino?
La pandemia y los grandes horizontes de Fátima
Mons. Athanasius Schneider: Nos gloriamos en las tribulaciones
Remedio seguro contra la “coronafobia”
Cardenal Raymond Leo Burke: Mensaje sobre el combate contra el coronavirus



Peregrinando
La Revolución de la Sorbona: París, Mayo de 1968
Después de la Crucifixión, el triunfo de nuestro Redentor
Nuestra Señora de la Buena Guardia
Fiesta de la Purificación de María Santísima
El galeón sumergido: símbolo de la esperanza
Loreto, la nueva Nazaret
El Milagro del Sol
San Nuno de Santa María
En la lucha contra el jefe del orgullo sigamos al Príncipe San Miguel
La sagrada Rosa de la Ciudad de los Reyes
La devoción al Inmaculado Corazón de María
El Jardín de Picpus
La gracia de Fátima actuando en Ucrania
Nuestra Señora de la Cabeza Inclinada
La crucifixión y muerte de Jesucristo
Confianza en María Inmaculada aun cuando todo parezca perdido
En este siglo de confusión, oh Madre del Buen Consejo, ruega por nosotros
Navidad
Fátima y el comunismo: dos profecías irreconciliables
150 años de la Comuna de París
San Juan Masías
Rosa de Santa María
Iglesia y Estado: ¿unión o separación?
Remedio eficaz contra los males contemporáneos
Las glorias de María
Santo Toribio de Mogrovejo
La Sagrada Túnica de Nuestro Divino Redentor
Santa Bernadette Soubirous
Corrupción en la sociedad: ¿Existe una solución?
Fiesta de gloria y de paz
Intransigencia de los Santos: irreductible fidelidad a su misión
Cristiandad
El ángel de la guarda, nuestro verdadero amigo
La Asunción de María Santísima
¡Vade retro Satanás!
El Santísimo Sacramento de la Eucaristía
La Madonna de Monte Bérico
Remedio seguro contra la “coronafobia”
El Hijo de Dios condenado por el más arbitrario de los procesos
Santa Jacinta de Fátima: Centenario de su fallecimiento (1920-2020)
La actitud católica frente a la muerte y la concepción materialista
¿Cómo rezar bien el rosario en honor a la Virgen María?
Grandezas y glorias de San José
Presencia diabólica en el mundo de hoy
Los rostros de la Virgen en el Perú
La Visita a los Monumentos - Jueves Santo
Un remedio eficaz contra la amnesia religiosa
Santidad: la verdadera gloria de Francisco y Jacinta



 



Tesoros de la Fe


Nº 257 / Mayo de 2023

París, Mayo de 1968
La Revolución de la Sorbona

Barrio Latino de París, en la mañana del 11 de mayo de 1968, después de los violentos disturbios de la víspera



Solicite aquí la visita de la Virgen Peregrina de Fátima




Santoral

30 de mayo

Santa Juana de Arco, Virgen.

+1431 Ruán (Francia). Suscitada por Dios para librar a Francia del yugo inglés, esta virgen guerrera fue después traicionada y quemada como hechicera, bajo las órdenes del Obispo Cauchon. Rehabilitada por Calixto III en 1456, tuvo la heroicidad de virtudes reconocida el 13 de diciembre de 1908, siendo beatificada por San Pío X en 1909 y canonizada por Benedicto XV em 1920. Heroína nacional de Francia, inspiró numerosas obras artísticas y literarias.

Más información aquí.






Ayude a difundir el mensaje de Fátima
Alianza de Fátima | Donaciones | Solicite visita de la Virgen | Tienda Virtual

Campaña promovida por la Asociación Santo Tomás de Aquino
Tomás Ramsey 957, Magdalena del Mar - Lima - Perú
..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... .....