Jesús quiere servirse de ti para hacerme conocer y amar. Él quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. A quien la abrace le prometo la salvación.
“Si amamos a Dios sobre todas las cosas, inmolémonos por Él. Si amamos al prójimo como a nosotros mismos, démosle la Fe, nuestro mayor Tesoro” – Plinio Corrêa de Oliveira
Página Mariana
La Inmaculada
El día de aquella solemne proclamación fue de incomparable alegría, jamás será olvidado, y siempre se lo deberá recordar para honra y gloria de la Obra Maestra de la creación, la Madre Purísima del Divino Infante.
Pío IX, el Papa de la Inmaculada Concepción
Antecedentes de la definición del dogma de la Inmaculada Concepción, que «será hasta el fin de los siglos recordado como uno de los días más gloriosos de la Historia» — extractos de la obra «Pío IX», del Prof. Roberto de Mattei.
La santa intransigencia, un aspecto de la Inmaculada Concepción
En la vida de la Iglesia, la piedad es el asunto clave. Piedad bien entendida, que no sea la repetición rutinaria y estéril de fórmulas y actos de culto, sino la verdadera piedad, que es un don bajado del Cielo, capaz de, por la correspondencia del hombre, regenerar y llevar a Dios las almas, las familias, los pueblos y las civilizaciones.
+1242 + Toscana - Italia. Vivió enclaustrada en una celda durante 34 años. Colmada de favores celestiales, obtuvo de Nuestro Señor la inspiración de compartir las persecuciones diabólicas sufridas otrora por San Antonio. San Francisco de Asís fue a visitarla alrededor de 1221.
P. Miguel de Ribera CO
+(1600-1680) Perú. Sacerdote oratoriano o filipense, nacido en Trujillo. Desengañado del mundo recibió en La Paz las sagradas órdenes. Años después, en Lima, interno en el Hospital de San Pedro para clérigos convalecientes, conoció al padre Alonso Riero de Pastrana que estaba conformando el instituto de san Felipe Neri en el Perú, uniéndose a sus filas. Atendía largas horas en el confesionario: “A él acudían, desde el alba hasta el mediodía, hombres y mujeres desorientadas de toda condición el mismo arzobispo Almoguera lo eligió por confesor. […] Al caer la noche continuaba recibiendo gente en el confesionario. Entre todas sus virtudes, lo distinguía su gran devoción por la Eucaristía”.