Verdades Olvidadas ¿Qué sería de la sociedad si todos fueran igualmente ricos?

De las desigualdades que vemos en este mundo entre pobres y ricos, forman los enemigos de la piedad un argumento especioso en contra de la divina Providencia. Pero si hicieran el debido uso de su razón, advertirían que esa decantada desigualdad es como la base y el vínculo de la sociedad humana: Ella es quien liga los hombres unos con otros, haciendo que se presten mutuos servicios; ella es la madre del trabajo y de la industria; [es] ella quien a los hijos de los pobres destina desde la infancia a aprender un oficio; ella quien levanta las casas y las ciudades con la mano de las clases menesterosas pagadas por los ricos; ella quien desafía las tempestades en las atrevidas personas de los marineros, y rompiendo las olas con la frágil quilla, lleva los alimentos y las mercancías a las naciones más distantes, poniéndolas en estrecha comunicación unas con otras, y haciendo cosmopolitas los frutos de la tierra.

¿Qué sería de la sociedad si todos los hombres fueran igualmente ricos? No habría quien trabajase, no habría quien se dedicase a ocupaciones mecánicas y laboriosas; los campos estarían sin cultivo, y reinando la ociosidad en las ciudades, el comercio, la industria y todas las artes perecerían.

¿Y aun se acusa a la divina Providencia de no haber enriquecido a todos por igual?

Nada prueba tanto su sabiduría y la eficacia de los resortes que emplea en el gobierno y conservación de la sociedad humana, como esa recíproca dependencia, que ha establecido entre los hijos de Adán por medio de las desigualdades de fortuna. El rico para comer, para el laboreo de sus haciendas, para vestirse, para viajar, y en una palabra, para todo necesita del concurso, de la industria y de los buenos oficios de los pobres, y así no vive, ni goza si no los mantiene. ¿Y quién sino la Providencia estrecha ese lazo firmísimo e indisoluble, por medio del cual el pobre vive a expensas del rico y el rico con el sudor del pobre? Motivo era éste para alabarla y engrandecerla y admirarla. Callen, pues, y escondan su audaz frente en el polvo sus necios detractores.



SAN JUAN CRISÓSTOMO, Pensamientos acerca de la Providencia, Ángel Masía, Madrid, 1862, p. 187-191.

Palabras del director Nº 147 - Marzo 2014 - Año XIII Cientos de iglesias cerrarán en Holanda
Cientos de iglesias cerrarán en Holanda
Palabras del director Nº 147 - Marzo 2014 - Año XIII



Tesoros de la Fe N°147 marzo 2014


La Cuaresma
Nº 147 - Marzo 2014 - Año XIII ¿Qué sería de la sociedad si todos fueran igualmente ricos? Cientos de iglesias cerrarán en Holanda La Sagrada Túnica venerada en Alemania Cuaresma: tiempo penitencial Diversidad armónica entre las clases sociales  San Eulogio de Córdoba Preparación para el matrimonio Tensión y distensión en el semblante de un santo



 Artículos relacionados
'No hay gente débil y gente fuerte en lo espiritual, sino gente que no reza y gente que sí sabe rezar' Es sentencia común entre los teólogos que la oración es necesaria a los adultos de necesidad de medio, es decir, que sin la oración es imposible la salvación...

Leer artículo

¿Por qué los jeans rotos y las zapatillas sucias son motivo de angustia? Hubo un tiempo en que la moda producía prendas que realzaban lo mejor de la persona. La idea era vestir con modestia y buen gusto...

Leer artículo

Educación y señorío Al visitar el valle del río Dordoña, en el centro-sur de Francia, me deparé con esta escena insólita: un educado representante de la raza canina en la ventana de una linda casa, con tal aire de superioridad que parecía ser el dueño…...

Leer artículo

¿Puede la Iglesia aceptar a sacerdotes casados? (Parte II) Abordaremos en el presente artículo dos aspectos que quedaron pendientes, los cuales son usados como argumento para promover la abolición del celibato sacerdotal, o al menos admitir excepciones en la Iglesia latina...

Leer artículo

Educación sexual en los colegios “La necedad se esconde en el corazón del niño; la vara de la corrección la hace salir de él” (Prov 22, 15)...

Leer artículo





Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino