Palabras del Director Nº 126 - Junio 2012 - Año XI

Estimados amigos:

Una de las fases históricas más universalmente admiradas es la que distingue el martirio de los cristianos, durante las persecuciones paganas del Imperio Romano, en los primeros siglos de existencia de la Iglesia Católica. Los mártires asombraban a las turbas paganas por su fortaleza, enfrentando valientemente la muerte al ser embestidos por las fieras en los circos romanos, y otros tormentos. En los inicuos procesos a los que eran sometidos, muchas veces bajo tortura, desconcertaban a los magistrados, por su heroica profesión de fe en Jesucristo.

Muchos suponen que estos hechos hacen parte de un lúgubre pasado, y ya no tendrían lugar en la época “evolucionada” en que vivimos.

La realidad, sin embargo, lamentablemente desmiente esta visión optimista. En varios países se viene acentuando en los últimos años una brutal persecución anticristiana, silenciada por los órganos parametrados de la prensa.

Un aspecto de esta persecución —que se nutre de lo que modernamente se ha denominado “cristianofobia”— surge al interior del islamismo, y nos es magníficamente ilustrada en la entrevista que el eurodiputado Magdi Cristiano Allam concedió en Bruselas a nuestro colaborador y amigo, Helio Días Viana, que reproducimos en este número.

Sí, la época de las persecuciones religiosas cruentas no se extinguió en las brumas de un pasado remoto, sino al contrario, hasta se intensificó en nuestra era de progresos científicos… ¡y de inauditas abominaciones morales!

Concientes de esta triste realidad, invitamos a nuestros lectores a intensificar sus oraciones por nuestros hermanos en la fe, víctimas del odio anticristiano en países dominados por el islamismo, hinduismo, budismo y comunismo, como también —lo que es más lamentable— por el neopaganismo apóstata en países occidentales.

En Jesús y María,

El Director
¿Tienen los símbolos, la pompa y la riqueza una función en la vida humana? La ruina de la sociedad
La ruina de la sociedad
¿Tienen los símbolos, la pompa y la riqueza una función en la vida humana?



Tesoros de la Fe N°126 junio 2012


Cristianofobia - La escalada del odio al cristianismo
Nº 126 - Junio 2012 - Año XI La ruina de la sociedad Detente del Sagrado Corazón de Jesús salva a un soldado español herido por los talibanes en Afganistán El sombrero Consideraciones sobre el Padrenuestro – VII ¿“Primavera árabe” u “otoño” de la civilización? San Bernabé La Iglesia y la homosexualidad ¿Tienen los símbolos, la pompa y la riqueza una función en la vida humana?



 Artículos relacionados
V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús (1515-2015) CUENTA LA TRADICIÓN, que subiendo un cierto día por las escaleras del Monasterio de La Encarnación en Ávila, Santa Teresa de Jesús tropezó con un hermoso Niño. Sorprendida al ver a un pequeño dentro de la clausura del convento, le preguntó:...

Leer artículo

La humanidad después del pecado original La Providencia Divina concedió a cada animal los medios de defensa y de ataque propios. Los insectos muy pequeños tienen facilidad para huir. La desproporción de fuerzas entre el tigre y el hombre es mucho menor de que entre el hombre y la mosca. Pero la mosca fácilmente escapa y no se consigue cogerla. Su propia pequeñez es su defensa...

Leer artículo

Riqueza incalculable en la pobreza de la gruta de Belén El acontecimiento más candoroso de la historia llena la tierra de insondables tesoros de alegría, de paz y hasta de esplendor de vida...

Leer artículo

Eutanasia infantil, nuevo zarpazo de la cultura de la muerte El Parlamento belga aprobó recientemente una ley que reconoce ¡el derecho de los niños a matarse a sí mismos! Así, los menores de edad podrán optar por la muerte con la ayuda de un médico, en el caso de que consideren que sus dolores son demasiado fuertes como para soportarlos...

Leer artículo

San Hugo el Grande Aquel que sería uno de los más célebres personajes de la Edad Media nació el año 1024 en la pequeña localidad de Semur, en la Borgoña francesa...

Leer artículo





Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino