Con las bendiciones de la Santísima Virgen, iniciamos un nuevo año colmado de esperanzas y de aprensiones. Esperanzas alimentadas por la certeza del cercano triunfo del Inmaculado Corazón de María. Aprensiones que surgen de la tremenda crisis moral, familiar y religiosa en la cual se debate nuestra civilización y que está alcanzando parangones hace algunos años imprevisibles. A cada minuto nos llegan torrentes de información: noticias buenas, algunas neutras y muchas malas. Pero que es indispensable ordenar y clasificar, para que nuestras alegrías y nuestras preocupaciones estén acordes con los pensamientos que un buen cristiano está llamado a tener en nuestros días. Siguiendo el modelo de María Santísima, de la cual las Sagradas Escrituras dicen que «conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón» (Lc. 2, 19). A lo largo del camino de este nuevo año, mes a mes, estarán acompañados por la selecta y provechosa lectura que los Tesoros de la Fe les ofrecen desde hace doce años. Contribuyendo así, desde las filas seglares, con nuestro grano de arena para acrecentar y fortalecer la fe católica, apostólica y romana de nuestras familias. Pidamos, pues, a la Divina Providencia y a la Bienaventurada Virgen María, que las gracias germinativas que brotaron el pasado año en todo el mundo se intensifiquen y prevalezcan sobre los movimientos disgregadores y fautores del desorden, que pretenden establecer la anarquía y el caos universales. Aunque para ello tengamos que pasar por los acontecimientos purificadores anunciados por Nuestra Señora en Fátima. En Jesús y María, El Director
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Consejos de la VirgenConfiados a Don Bosco para formar a la juventud |
Utilidades del pecado EL HOMBRE MODERNO tiende a aprovecharlo todo. Hasta la chatarra y los desperdicios. Hasta la negra corriente de las cloacas, de la que obtiene activos fertilizantes. Los cocineros disponen de libros con normas para aprovechar las sobras... | |
El hombre fue hecho para el cielo y no para esta tierra En verdad, dos cosas hay que resaltan hoy día en medio de la extrema perversidad de las costumbres: un infinito deseo de riquezas y una insaciable sed de placeres. De aquí, como de su fuente principal, dimanan la mancha y el baldón de este siglo, a saber, que mientras éste progresa constantemente en todo lo que entraña comodidad y bienestar para la vida, parece sin embargo retroceder miserablemente a las vergonzosas lacras de la antigüedad pagana en lo que es de mayor monta, es decir, en el deber de llevar una vida justa y honrada... | |
Educación de la docilidad Muchos padres se quejan de sus escasos éxitos en cuanto a la obediencia de los hijos. ¿Tienen estos la culpa de ello? ¿No es más bien culpa de los padres? Falla la obediencia porque falla la autoridad... | |
Nada más saludable que el recuerdo de los novísimos Haced sobresalir la majestad infinita de Dios y la enormidad del pecado que lo ultraja. Imprimid en los espíritus la creencia de la aterradora sentencia que será fulminada contra los réprobos el día del Juicio Final... | |
Espontaneidad epicureísta y gravedad cristiana Una escena contemporánea de la vida familiar: dos parejas de esposos, en un rincón pintoresco, salen de picnic con sus hijos. ¿Algo de malo? ¡Pero cómo!... |
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