Todos somos un poco ateos
Como Dios nos hizo grandes y quiso que dominásemos la creación entera, sigue halagándonos la más vieja de las tentaciones: ser como Dios (Gén. 3, 5).
– “Hijita, lleva este encargo a la Sra. Fulana. Mira: ella te querrá regalar unos céntimos. No se los recibas, mi amor”. Así inculca la mamá pudiente a su niñita la idea de independencia y autonomía.
Y llevados de ese afán de autosuficiencia, quisiéramos no necesitar de nadie, ni tener que agradecer nada a otros. Ni siquiera a Dios. En este sentido todos estamos contagiados de ateísmo. Desearíamos ser autónomos e independientes incluso frente a Dios. Y nos duele tener que recurrir a Él. Sobre todo, nos molesta que su auxilio y su perdón sean gratuitos.
Y no hay más remedio que reconocer nuestra indigencia, nuestra condición de mendigos de Dios. Y aceptar su gracia. Cristo es la vid; nosotros, los sarmientos. Sólo unidos a Él, percibiendo su savia, daremos frutos. Desgajados de Él, nada rendiremos (Jn. 15, 5-6). 
P. Marino Purroy O.C.D., Utilidades del pecado, PP. Carmelitas, Santiago de Chile, 1983, p. 6-7.
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Nº 257 / Mayo
de 2023
París, Mayo de 1968
La Revolución de la Sorbona
Barrio Latino de París, en la mañana del
11 de mayo de 1968, después de los violentos disturbios de la víspera
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Santoral4 de junio
San Francisco Caracciolo, Confesor +1608 Agnone (Italia). De noble familia napolitana, fundador de la Congregación de los Clérigos Regulares Menores. Tenía el don de profecía, siendo favorecido con éxtasis.
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Santa Clotilde, Viuda. +545, d.C. Tours (Francia). Siendo esposa de Clovis, Rey de los Francos, sus oraciones y ejemplos lo llevaron a la conversión, la misma que fue esencial después para constituir la Francia católica, una de las grandes glorias de la Edad Media. Viuda, presenció con dolor el asesinato de sus nietos por los propios padres (hijos de la Santa) para impedirlos reinar. Se retiró entonces hacia Tours, donde se entregó a la oración y penitencia por la conversión de los mismos.
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