El Perú necesita de Fátima Los buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá mucho que sufrir, varias naciones serán aniquiladas; por fin, mi Inmaculado Corazón triunfará.
CampañasTienda VirtualTesoros de la FeDonaciones



«Tesoros de la Fe» Nº 112 > Tema “Mártires”

Vidas de Santos  [+]  Versión Imprimible
AbcAbcAbc

San Estanislao de Cracovia

Patrono de Polonia


Gran defensor de la moral católica, excomulgó al rey disoluto y tirano por sus iniquidades, siendo asesinado por él a los pies del altar


Plinio María Solimeo




Estanislao nació en Szczepanów, pequeña ciudad de Polonia cerca de Cracovia, el 26 de julio de 1030.

Su padre, Wielislas, era de los principales señores del país; y su madre, Bogna, pertenecía también a una ilustre familia. Ambos eran muy piadosos y caritativos, lo que influenció benéficamente el carácter del hijo, de por sí propenso a la virtud.

Muy bien dotado para los estudios, Estanislao se educó primero en la universidad de Gniezno, entonces la más famosa de Polonia, y después en la mundialmente célebre universidad de París, donde cursó derecho canónico y teología.

Emprende la verdadera
reforma de la Iglesia

Cuando regresó a su patria, se hizo heredero de una buena fortuna por la muerte de sus padres. Vendió todos sus bienes, repartiendo el dinero entre los pobres y fue ordenado sacerdote por el obispo de Cracovia, Lamberto Sula, que lo nombró canónigo de su catedral.­

Pronto adquirió fama como predicador; siendo también muy apreciado como director de conciencia. Su reputación era tan grande, que muchos eclesiásticos y laicos venían de todas las partes de Polonia para consultarle sobre problemas de conciencia o canónicos. Con fe profunda, esmerada prudencia y sólida erudición, se hizo muy conocido. Causa admiración que, cuando el obispo Lamberto falleció, todos —rey, nobles, clero y pueblo— le escogieron para sucederlo. Pero se negó perentoriamente a aceptar el cargo; siendo necesaria una orden formal del Papa Alejandro II para que accediera. Fue consagrado el año 1072, a los 42 años de edad.

A partir de entonces se dedicó con energía a la reforma de la Iglesia, tan deseada por el Sumo Pontífice, exigiendo que su clero llevara una vida edificante y agradable a Dios, no sólo para servir de modelo, sino sobre todo para ofrecer, con manos puras, el santo sacrificio de la Misa. Y daba ejemplo él mismo de la más profunda piedad y la más completa abnegación.

Todos los años visitaba las diferentes partes de su diócesis, corrigiendo abusos, promoviendo el santo sacramento de la confirmación, reconciliando enemigos y matrimonios separados. Elaboró una lista de los pobres y viudas de su diócesis, para poder socorrerlos mejor.

Sin virtud, aunque valiente, el rey se vuelve déspota

San Estanislao resucita a un muerto para probar su inocencia


El año 1058, Boleslao II subió al trono ducal de Polonia, cuya capital era entonces Cracovia. Era un príncipe ambicioso y valiente. Los historiadores sostienen que nadie como él era más atrevido en el combate, más ágil y diestro en el manejo de la lanza y de la espada, más sufridor en el campo de batalla. Por eso fue victorioso tanto en las planicies de Hungría, cuanto en las estepas rusas y en los pantanos de Pomerania. Se hizo tan fuerte, que se separó del Sacro Imperio Romano Germánico. Así, en la Navidad de 1076, ciñó la corona real sobre su cabeza.

El país se volvió entonces refugio seguro de otros príncipes caídos en desgracia, como Bela de Hungría, Jaromir de Bohemia y Isaslao de Rusia, que ahí encontraron amparo y apoyo.

Sin una sólida virtud, el éxito se le subió a la cabeza, volviéndose tan soberbio y libidinoso cuanto los legendarios reyes orientales de la historia antigua. Su palacio se transformó en un harén. Como un vicio atrae a otro, se convirtió en déspota, persiguiendo no sólo a la nobleza, sino también al pueblo. En un paroxismo de sensualidad, llegó al vicio infame de la sodomía.

Se hizo tan temible, que nadie tenía la valentía de levantar la voz contra él. O casi nadie, pues Estanislao, obispo de la entonces capital del reino, no conocía temores. En una asamblea plenaria del clero y la nobleza, en presencia del rey, comenzó a predicar las verdades de la moral católica y a defender los derechos de la justicia y de la virtud. Habló de los juicios de Dios, de la pérdida de las almas, de los castigos eternos, de la continencia, de la santidad del matrimonio y de los derechos de súbditos y vasallos en cualquier reino. Esto afectaba directamente al rey, que respondió encolerizado, con una serie de injurias e insultos, llamando al prelado de hipócrita y soberbio. Fue el comienzo de una batalla sin cuartel entre el obispo y el rey, que sólo terminaría con el asesinato del obispo.

«No te es lícito, oh rey, tener a la mujer de otro»

Martirio de San Estanislao


Un hecho agravó todas las medidas despóticas de Boleslao. Uno de sus vasallos, Miecislao, estaba casado con una mujer notable por su virtud y belleza. Pasaba como la dama más bella del reino. Boleslao la mandó secuestrar y llevar a su palacio.

Este acto escandaloso e inmoral indignó a toda la nobleza, que se dirigió al arzobispo de Gniezno, entonces primado, y a los demás prelados del reino, pidiéndoles que fuesen a hablar con el déspota y le mostraran la iniquidad de su acción. Pero como los obispos temieron irritar al monarca, la nobleza se vengó de ellos, publicando por todas partes que eran mercenarios, y que tenían mucho menos en cuenta la causa de Dios que su propia fortuna y ambición.

San Estanislao, no fue de aquel número. Con voz respetuosa, pero firme, le dijo a Boleslao lo que otrora San Juan Batista dijera al rey Herodes: “¡No te es lícito tenerla!” (Mt. 14, 4). Censuró también al soberano por sus desórdenes, y le alertó que de no corregirse, se exponía a las censuras de la Iglesia. Arrogante, Boleslao insultó nuevamente al obispo, diciendo con grosería: “Cuando se habla así de modo tan osado hacia un rey, debería ser cuidador de puercos y no obispo”.

La guerra entre los dos llegaba al auge. Al no encontrar en la vida privada del prelado nada que lo desacreditase, Boleslao recurrió a la calumnia, llamándolo usurpador del bien ajeno. Era una alusión al siguiente hecho: el obispo había comprado un terreno en Piotrawin, de un cierto Pedro, y había pagado el precio en presencia de testigos, confiando en la buena fe de los mismos. Como en aquel tiempo la palabra empeñada tenía fuerza de ley, él no se preocupó de tener un recibo de cancelación. Pero sucedió que Pedro falleció. Boleslao buscó entonces a los sobrinos y herederos, pidiéndoles que reclamaran nuevamente el pago, pues él, el rey, acallaría a los testigos.

San Estanislao tuvo que presentarse ante un tribunal presidido por el rey, con varios jueces, ante los testigos intimidados que no quisieron declarar a su favor. Viendo que no podía contar con los hombres, pidió a Dios que fuese su testigo. Inspirado por el cielo, pidió a los jueces un plazo de tres días, vencido el cual traería como testigo al propio vendedor, Pedro. Ahora bien, éste había fallecido tres años antes. Por eso, en son de burla, los jueces aceptaron.

En los dos días siguientes el santo ayunó y celebró la Santa Misa, pidiendo a Nuestro Señor que defendiera su causa. Al tercero, después de celebrar, fue al cementerio revestido con los trajes episcopales, escoltado por sus clérigos y muchos fieles. Pidió que abrieran la tumba de Pedro, y tocó sus restos mortales con el báculo. Inmediatamente el cuerpo del fallecido se recompuso. Así, San Estanislao pudo ir junto con el resucitado al tribunal, y delante de los presentes aterrorizados, comprobó su inocencia.

Martirizado a los pies del altar donde celebraba

Catedral de Wawel, Cracovia, donde reposan los restos mortales del santo


Como el monarca persistiera en sus iniquidades, San Estanislao lo excomulgó públicamente y le prohibió la entrada en la catedral. Sin embargo, Boleslao continuó asistiendo al divino sacrificio, sin importarle la excomunión. El obispo entonces ordenó al clero que interrumpiera la celebración tan pronto el rey entrara en el recinto sagrado. El rey juró venganza.

El 8 de mayo de 1079, San Estanislao celebraba la santa Misa en la iglesia de San Miguel, en las afueras de la ciudad, cuando oyó un tropel de gente de guerra. Inmutable ante la muerte que preveía, no interrumpió el santo sacrificio. Era Boleslao, que venía acompañado de sus soldados para vengarse. Mandó que algunos de ellos entraran a la iglesia y mataran el celebrante, pero los soldados no osaron levantar la mano contra su pastor. Entonces el propio rey entró en el santuario y descargó un violento golpe en la cabeza de Estanislao, que enseguida le traspasó el corazón, le cortó la nariz y le desfiguró el rostro. Mandó cortar después el cuerpo en cuatro partes y esparcirlo por la ciudad.

Algunos fieles, desobedeciendo la orden del rey, reunieron los restos mutilados del mártir y los enterraron frente a la iglesia de San Miguel. Más tarde sus restos mortales fueron trasladados a la catedral.

El gran pontífice San Gregorio VII, al saber del horrendo crimen, puso en interdicto al reino de Polonia, excomulgó y depuso al rey, que acabó abdicando.

El santo mártir fue canonizado en 1253 por el Papa Inocencio IV. Es uno de los patronos de Polonia, venerado con particular devoción en Cracovia, su ciudad episcopal.    

Obras consultadas.-

Les Petits Bollandistes, Saint Stanislas, éveque de Cracovie, Martyr, in Vies des Saints, Bloud et Barral, París, 1882, t. V, pp. 385 y ss.
Fray Justo Pérez de Urbel  O.S.B., San Estanislao de Cracovia, in Año Cristiano, Ediciones Fax, Madrid, 1945, t. II, pp. 304 y ss.
P. José Leite  S.J., Santo Estanislau, Mártir, in Santos de Cada Dia, Editorial A.O., Braga, 1993, tomo I, pp. 457-458.
Francis Mershman, Saint Stanilaus of Cracow, in The Catholic Encyclopedia, Online Ed. by Kevin Knight, http://www.newadvent.org
Juan Bautista Weiss, Historia Universal, Tipografía La Educación, Barcelona, 1927, t. V, pp. 544-545.





  




Artículos relacionados

San Lucas - Evangelista de la Santísima Virgen
San Juan de Sahagún
San Maximiliano Kolbe
San Eulogio de Córdoba
San Pedro de Arbués
San Ignacio de Antioquía
Santa Juana de Arco
San Carlos Lwanga y compañeros
San Blas
San Pedro de Verona







Informe de sus aportes a la Alianza de Fátima ¿Necesita que alguien rece por usted? Advocaciones marianas en el Perú Suscríbase a nuestro boletín


COVID-19
¿El coronavirus es un castigo divino?
La pandemia y los grandes horizontes de Fátima
Mons. Athanasius Schneider: Nos gloriamos en las tribulaciones
Remedio seguro contra la “coronafobia”
Cardenal Raymond Leo Burke: Mensaje sobre el combate contra el coronavirus



Peregrinando
La Revolución de la Sorbona: París, Mayo de 1968
Después de la Crucifixión, el triunfo de nuestro Redentor
Nuestra Señora de la Buena Guardia
Fiesta de la Purificación de María Santísima
El galeón sumergido: símbolo de la esperanza
Loreto, la nueva Nazaret
El Milagro del Sol
San Nuno de Santa María
En la lucha contra el jefe del orgullo sigamos al Príncipe San Miguel
La sagrada Rosa de la Ciudad de los Reyes
La devoción al Inmaculado Corazón de María
El Jardín de Picpus
La gracia de Fátima actuando en Ucrania
Nuestra Señora de la Cabeza Inclinada
La crucifixión y muerte de Jesucristo
Confianza en María Inmaculada aun cuando todo parezca perdido
En este siglo de confusión, oh Madre del Buen Consejo, ruega por nosotros
Navidad
Fátima y el comunismo: dos profecías irreconciliables
150 años de la Comuna de París
San Juan Masías
Rosa de Santa María
Iglesia y Estado: ¿unión o separación?
Remedio eficaz contra los males contemporáneos
Las glorias de María
Santo Toribio de Mogrovejo
La Sagrada Túnica de Nuestro Divino Redentor
Santa Bernadette Soubirous
Corrupción en la sociedad: ¿Existe una solución?
Fiesta de gloria y de paz
Intransigencia de los Santos: irreductible fidelidad a su misión
Cristiandad
El ángel de la guarda, nuestro verdadero amigo
La Asunción de María Santísima
¡Vade retro Satanás!
El Santísimo Sacramento de la Eucaristía
La Madonna de Monte Bérico
Remedio seguro contra la “coronafobia”
El Hijo de Dios condenado por el más arbitrario de los procesos
Santa Jacinta de Fátima: Centenario de su fallecimiento (1920-2020)
La actitud católica frente a la muerte y la concepción materialista
¿Cómo rezar bien el rosario en honor a la Virgen María?
Grandezas y glorias de San José
Presencia diabólica en el mundo de hoy
Los rostros de la Virgen en el Perú
La Visita a los Monumentos - Jueves Santo
Un remedio eficaz contra la amnesia religiosa
Santidad: la verdadera gloria de Francisco y Jacinta



 



Tesoros de la Fe


Nº 257 / Mayo de 2023

París, Mayo de 1968
La Revolución de la Sorbona

Barrio Latino de París, en la mañana del 11 de mayo de 1968, después de los violentos disturbios de la víspera



Solicite aquí la visita de la Virgen Peregrina de Fátima




Santoral

10 de junio

San Itamar, Obispo y Confesor

++ 656 . Natural de Kent, fue el primer obispo anglo-sajón nombrado para una sede inglesa, sucediendo a San Paulino como obispo de Rochester.



San Getulio y Compañeros, Mártires

++ Séc. III . “Varón de gran nobleza y cultura, padre de siete bienaventurados mártires tenidos de su esposa Santa Sinforosa; también fueron mártires sus tres compañeros, Cereal, Amancio y Primitivo” (Martirologio Romano).








Ayude a difundir el mensaje de Fátima
Alianza de Fátima | Donaciones | Solicite visita de la Virgen | Tienda Virtual

Campaña promovida por la Asociación Santo Tomás de Aquino
Tomás Ramsey 957, Magdalena del Mar - Lima - Perú
..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... .....