En 1531, cuatro años antes que se fundara la Ciudad de los Reyes en el Perú y se creara el Virreinato de Nueva España en México, la Santísima Virgen se apareció por primera vez en continente americano, para establecer una alianza imperecedera con sus habitantes. Hablando en lengua náhuatl con el indio San Juan Diego Cuauhtlatoatzin, la Madre de Dios quiso también alentar a los evangelizadores para aprender los dialectos locales, ganarse la confianza de los indígenas y volverlos rápidamente cristianos. Conocedora de la propensión natural del indio hacia lo maravilloso, Ella cautivó en la cima del Tepeyac a su interlocutor, haciéndole oír primero unas músicas celestiales y deleitándole después con el colorido, la tersura y el perfume de unas flores que parecían arrancadas del paraíso. La fascinante historia de Nuestra Señora de Guadalupe en México, la Virgen del Tepeyac —que encontrará en las páginas centrales de esta edición— nos transmite el bálsamo salvífico de aquella relación personal y maternal, que la Virgen Santísima quiere establecer con cada uno de nosotros: «¿No estoy yo aquí que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿No soy yo tu salud? ¿No estás por ventura en mi regazo? ¿Tienes necesidad de alguna otra cosa?» Al aproximarse la Navidad, aprovecho este espacio para desear a nuestros amables lectores, así como a sus familias, las mayores gracias del Divino Infante y de su tiernísima Madre. Que la Virgen de Guadalupe, Patrona de México y Emperatriz de las Américas, nos ayude a enfrentar con fe y confianza los imprevisibles desafíos que el Nuevo Año nos depara. En Jesús y María, El Director
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La Virgen del Tepeyac |
Aspectos nobles y grandiosos de la noche Un modo trivial de considerar las horas del día es de acuerdo con las necesidades de nuestro cuerpo, y así se dice comúnmente que la mañana es la hora en que las personas se levantan y inician su trabajo; el mediodía, aproximadamente la hora en que almorzamos; y en la noche se duerme, se descansa... | |
La dignidad sacerdotal La dignidad del sacerdote es tal, que, según la expresión de san Agustín,* el Hijo de Dios encarna en sus manos como en otro seno de la Virgen... | |
Le ataron las manos porque hacían el bien La mano es una de las partes más expresivas y más nobles del cuerpo humano. Cuando los Pontífices y los sacerdotes bendicen, lo hacen con un gesto de manos... | |
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El admirable nacimiento de Jesucristo El P. Rosignoli escribió las lecturas espirituales correspondientes a cada uno de los Ejercicios Espirituales. Es de esos textos que hemos extraído la página alusiva a la Santa Navidad, que hoy presentamos a nuestros lectores... |
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