«Ojos claros, serenos, que vuestro Apóstol Pedro han ofendido, mirad y reparad lo que he perdido. Si atado fuertemente, queréis sufrir por mí y ser azotado, no me miréis airado, porque no parezcáis menos clemente. Pues lloro amargamente, volved ojos serenos, y pues morís por mí, miradme al menos» (Francisco Guerrero, 1528-1599).
|
Y Jesús miró a San Pedro… |
El encuentro de Jesús con su Santa Madre ¿Quién, Señora, viéndoos así en llanto, osaría preguntar por qué lloráis? Ni la tierra, ni el mar, ni todo el firmamento, podrían servir de término de comparación a vuestro dolor... | |
La Sagrada Túnica venerada en Alemania La ciudad alemana de Tréveris (Trier en alemán), próxima de Luxemburgo y de la frontera con Francia, es considerada la capital de la antigüedad romana en Alemania... | |
La Pasión de Nuestro Señor Jesucristo Poco o nada nos aprovecha para nuestra santificación pensar en la muerte de Cristo como un hecho meramente histórico, perdido en el tiempo, sin ninguna relación con nuestras vidas. Menos aún si no consideramos que la Pasión de Cristo se renueva en nuestros días... | |
Voz que atemoriza y consuela Cuando el Divino Redentor le restituyó a Malco la oreja cortada por la fogosidad de San Pedro, Nuestro Señor ciertamente le quería hacer un bien temporal. Pero al curarle el oído, Él quiso sobre todo abrirle el oído del alma... | |
Reflexiones durante la Semana Santa La Pasión de Cristo en nuestros días Si perseguir a la Iglesia es perseguir a Jesucristo, y si hoy también la Iglesia es perseguida, hoy Cristo es perseguido. La Pasión de Cristo se repite de algún modo también en nuestros días. ¿Y nosotros? ¿Permaneceremos indiferentes? ¿Y dormiremos como los Apóstoles en el Huerto de los Olivos?... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino