Ambientes Costumbres Civilizaciones El tigre

La agilidad aliada a la sorpresa

Plinio Corrêa de Oliveira

Si alguien dijera que el tigre es el rey de la selva, no estaría expresando la verdad. ¿Por qué? Porque el tigre no es, por su naturaleza, un dominador, un animal dotado de instinto para comandar. Puede ser admirado, pero por otros atributos.

El tigre es un explotador de oportunidades, un aventurero que sabe aprovechar las ocasiones. Está dotado de fuerza y se impone. Pero su fuerza es la del músculo.

Alguien podría preguntar: “¿Entonces, el tigre sería como que un ‘proletario’ del reino animal?”

— El tigre es un grand seigneur (gran señor) que se impone a la admiración, pero no reclama la obediencia. Se impone por el miedo que causa debido a su modo de ser. Quien lo ve pasar con aquella cara y con su modo de pisar cauteloso, es inclinado a pensar: ¡puede estar preparando alguna sorpresa!

A pesar de ser un animal irracional, el tigre revela un sentimiento que parece fijarse en nuestros ojos. El león no, pero el tigre me causa la impresión de mirarnos a la vista. Si yo comenzara a pensar cómo enfrentar a un tigre, desviaría los ojos de él, porque me parece que el animal percibiría mis pensamientos.

¿Le sonreiría al tigre? Tampoco, por miedo de presentarle una fisonomía variada que lo impulsaría a atacarme. La primera medida que yo tomaría ante él, si acaso no pudiera huir, sería exteriorizar la mayor inmovilidad y tranquilidad, cualquiera que fuera el riesgo, hasta colocarme hábilmente en una posición segura.

Esa es la agilidad del tigre, que ante todo simboliza la agilidad de la percepción del espíritu humano. Parece captar las cosas fugaces, los matices, los peligros y los movimientos. Frente a ello, se tiene la impresión de que el tigre percibe cómo va a ser atacado. El león no, ni mira al adversario que esta enfrentando, como le es propio al rey de los animales. Ataca y lo liquida.

El tigre denota la agilidad unida a la sorpresa. Una de las más elevadas formas de agilidad es saber emplear la sorpresa. Cuando anda despacio en el bosque, su apariencia es la de que no percibió la presa y que se aleja de ella. Cuando la presa imagina que él se está yendo, el tigre se da vuelta y salta sobre la víctima. Como que finge, para poder atacar con seguridad.

Como tantas cosas en la vida, a los hombres nos cabe mucha vigilancia para discernir aquellas dotes instintivas de la fiera.

¿Cómo probar la existencia del infierno? Palabras del Director Nº 199 - Julio de 2018 – Año XVII
Palabras del Director Nº 199 - Julio de 2018 – Año XVII
¿Cómo probar la existencia del infierno?



Tesoros de la Fe N°199 julio 2018


Nobleza y refinamiento Un aporte de la cultura culinaria francesa
Julio de 2018 – Año XVII Don Bosco y los castigos Educación y señorío Refinamiento y especialidad de la culinaria francesa Peregrinando dentro de una mirada Santo Tomás Apóstol ¿Cómo probar la existencia del infierno? El tigre



 Artículos relacionados
La ardilla La ardilla es un juguete que Dios creó para el hombre. Para que sonría y dejarlo encantado. ¡Una maravilla de delicadeza, de levedad! Una sonrisa de Dios, que hace sonreír al hombre!...

Leer artículo

San Juan Masías San Juan de Masías nació en Ribera del Fresno, diócesis de Badajoz, en la agreste Extremadura. Gobernaba España el rey Felipe II y la Santa Iglesia el Papa Gregorio XIII. Su familia era pobre, pero rica en bienes espirituales y dones de la gracia...

Leer artículo

La Visitación: respeto y deslumbramiento De autoría del renombrado artista italiano Giotto, esta pintura al fresco representa la visitación de María a su prima santa Isabel...

Leer artículo

San Antonio de Padua Cuando estuve en Padua, Italia, visité la famosa Basílica de San Antonio. Recuerdo haber visto, en una columna de su interior, el cuadro de un fraile franciscano robusto, fuerte...

Leer artículo

La sobreviviente (cuento) Adriana era una niña triste. No había pasado por ningún naufragio en alta mar, ni estuvo sujeta a las conmociones de algún terremoto. Sin embargo su vida era una historia de supervivencias ante peligros inminentes, de los cuales sólo escapó gracias al cariño especial que le tenía la Providencia Divina...

Leer artículo





Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino