Luis Sergio Solimeo En la segunda aparición, en junio, la Santísima Virgen prometió a Francisco y Jacinta llevarlos pronto al cielo. Pero con respecto a Lucía, le dijo: Múltiples sufrimientos La Madre de Dios ordenó a Lucía que aprendiera a leer. Esto hacía parte de su vocación, porque ella debía servir de intermediaria en nuevas comunicaciones del cielo. Con las Hermanas Doroteas Con meritoria prudencia, el obispo de Leiría consideró necesario apartar a la niña de las miradas indiscretas de los devotos de Fátima y buscadores de curiosidades. En 1921, obtuvo la autorización de la madre de Lucía para trasladar a la joven a la ciudad de Oporto, al Asilo Vilas dirigido por las Hermanas Doroteas. Allí, al tener paz, ella podría aprender a leer y escribir, y su identidad se mantendría secreta.
|
Mentalidad conservadora del interior rural Vínculo con la tradición cultural y la familia |
La milicia angélica Bajo este título Julio Loredo de Izcue recoge y presenta, en un libro inevitablemente sintético, pero por demás elocuente, la grandiosa visión angélica del eminente pensador brasileño Plinio Corrêa de Oliveira... | |
Juicio y condenación de Jesucristo, una farsa sórdida y grotesca El recinto en que Jesús acababa de penetrar se llamaba Getsemaní, nombre que significa lagar del aceite, porque era el lugar en donde se aprensaban las aceitunas que se cosechaban con abundancia en aquel Monte de los Olivos... | |
La perfecta alegría Iban una vez San Francisco y el hermano León caminando en tiempo de invierno. ¿En qué está la perfecta alegría? preguntó el fraile, a lo que el santo vino a responder con un curioso pero ilustrativo ejemplo... | |
La cocina de los ángeles El cuadro que ilustra esta página es una obra maestra de Murillo (1617-1682), en la que el gran pintor español retrata el milagro que ocurrió en la cocina de uno de los monasterios de la Orden de San Bruno... | |
San Olegario El conocido hagiógrafo jesuita, padre Pedro de Ribadeneira, comienza así su memoria sobre san Olegario... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino