Especiales “El Bautizo”

Joaquín Sorolla y Bastida, (1863-1923)
Colección privada

 FELIPE BARANDIARÁN

Está a punto de celebrarse un bautizo en el interior de esta iglesia valenciana. El sacerdote, al fondo, junto a la capilla bautismal, revestido ya con la estola, símbolo de los poderes sagrados que le han sido conferidos, repasa el ritual. La madrina a su lado, de negro y tocada con mantilla, mantiene en sus brazos al recién nacido, arropado con un amplio faldón blanco de encajes. El monaguillo, aguarda tranquilo el inicio de la ceremonia, mientras observa a los familiares y vecinos que van entrando y ocupando los sólidos bancos de madera. Junto con ellos, un foco de luz intensa se cuela por las hojas abiertas del portalón y se difumina en el gran cortinaje que le cierra el paso, conservando el frescor de la nave. La luz penetra también a través de algún ventanal, que no vemos, en la enrejada capilla bautismal, con exvotos colgados de la pared, a la entrada, bañándola de oro con sus reflejos, que se suman al brillo de las velas encendidas, para acoger a este un nuevo miembro en la Iglesia, reconociéndolo como hijo de Dios y heredero de la gloria eterna.

*     *     *

No se han descuidado estos padres dejando pasar las semanas, con pretextos sin sentido, para que le fuese administrado tan transcendental sacramento, el primero de todos. Y menos aún, han llegado a decir eso de “no vamos a imponerle nada al pobre niño. Ya se bautizará de mayor si quiere”. ¿Acaso no le darán de comer, no le enseñarán a leer, a lavarse y a tratar con educación a los demás?

*     *     *

Sorolla recrea una escena integrada por numerosos personajes con trajes tradicionales de diversa índole, mostrando el armonioso mosaico social de su época. Una de las invitadas se gira, curiosa, dándonos la espalda, para no perder detalle. A su lado, en este primer banco, un hombre, de mirada firme, reza el rosario con piedad. Detrás, una señora elegantemente vestida, probablemente Clotilde, la mujer de Sorolla, pone al tanto de todo, en voz baja, al anciano de su lado, que tiene dificultades para oír.

La obra fue pintada en Valencia, en el verano de 1900, un año muy significativo para Sorolla al coincidir con el inicio de su reconocimiento internacional, y vuelve a demostrar en ella su extraordinario dominio de los juegos de luz y sombras que tanto le caracterizan.

El primer deber de caridad es corregir a los que yerran La Virgen de los Necesitados
La Virgen de los Necesitados
El primer deber de caridad es corregir a los que yerran



Tesoros de la Fe N°178 octubre 2016


Santa Teresa de Lisieux Pionera de la “pequeña vía”
Nº 178 - Octubre de 2016 – Año XV El primer deber de caridad es corregir a los que yerran “El Bautizo” La Virgen de los Necesitados Jesús entra triunfante en Jerusalén Santa Teresa de Lisieux Pionera de la “pequeña vía” ¿Cómo hacer una buena confesión? La ciudad de Genazzano



 Artículos relacionados
La Iglesia no puede renunciar al deber de juzgar Las materias más graves de la legislación, del comercio, de las finanzas, de la administración, de la diplomacia se tratan y se resuelven casi siempre sin que la Iglesia articule la menor observación…...

Leer artículo

¿Jesucristo podría haber tenido una vida humana? Tengo amigos que no comprenden cómo Jesucristo, siendo Dios, podía tener una vida verdaderamente humana, y por eso yo quisiera saber cómo eran la Persona y la vida humana de Nuestro Señor Jesucristo. En otros términos, cómo era posible que Nuestro Señor sintiera dolores físicos o aflicciones morales, si al mismo tiempo, siendo Dios, vivía en la absoluta felicidad de la Santísima Trinidad. Y también si, por ejemplo, Él podía contraer alguna enfermedad, resfriarse, etc...

Leer artículo

Flevit super illam San Lucas nos lo relata. Rodeado por sus discípulos y las gentes que, aclamándole, se iban sumando en el camino...

Leer artículo

El matrimonio antes de Cristo El apóstol san Pablo, al tratar del matrimonio en su Carta a los Efesios, emplea esta expresión de profundo significado: “Es este un gran misterio (sacramento)”...

Leer artículo

San Nicolás de Tolentino Nicolás de Tolentino fue el fruto de las oraciones de sus padres a san Nicolás de Mira (o Bari). Como san Zacarías y santa Isabel, ellos ya estaban avanzados en años y no tenían hijos...

Leer artículo





Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino